sábado, 14 de marzo de 2015

Recordar.

Recordar con una sonrisa todas y cada una de las heridas que me has causado. Recordar con una sonrisa la cantidad de noches que he soñado con probar un beso de tus labios. Recordar con una sonrisa cómo es tu manera de morder las palabras y acortarlas. Recordar con una sonrisa la melodía de tu voz destripando una canción. Recordar con una sonrisa la primera vez que me pusiste nerviosa. Recordar sin sonrisa aquella despedida a través de una ventanilla del tren que ya marchaba. Recordar la sensación que era perderme en la profundidad de tu mirada. Recordar la sensación de perderlo todo al darte la espalda. Recordar el daño y amarlo. Recordarle al mundo que tan solo hacen falta unos segundos para sentir que has encontrado lo que siempre has buscado. Recordarle al mundo que la magia dejará de serlo cuando se revele su secreto. Recordar las ganas de comerte a besos o de morir en el intento. Recordar como las flores marchitas dejaban de estarlo tras tu paso. Recordar como la suave brisa del mar le dejaba paso al aroma que desprendes al caminar. Recordar qué era eso de poder acariciarte y escuchar tu risa y tu voz. Recordar que eres tú quien se dedica a crear primaveras en invierno con tus letras. Recordar que eres tú quien apaga el infierno con un verso. Recordar que las llaves del cielo las esconden tus besos. Recordar qué es eso de dormir en tu regazo. Recordar cómo es el mundo desde dentro de tu abrazo. Recordar que de un recuerdo no se vive. Recordar que no es eterno lo que existe. Recordar que no son tus caricias las que sanan mis heridas. Recordar que no es de tus labios de donde sale un te quiero. Recordar para verte. Recordar para tenerte. Recordar y solo eso, recordar. 

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