sábado, 2 de marzo de 2019

Incertidumbre.

Hace tiempo que camino sin ti pero parece que te escondes en mis sombras, y yo me pregunto: ¿saldrás algún día? ¿Te irás para siempre?

Hace tiempo, casi un año, que levé anclas y me lancé al mar dispuesta a descubrirme; lo he hecho y lo sigo haciendo. Icé mis velas, tiré por la borda todos mis planes de futuro contigo, diluí tu esencia en el mar confundiéndola con la sal y, desde aquel momento, mi horizonte se tornó incierto. Sin embargo no he vuelto a perderme ni un solo amanecer.

No sé si te irás; supongo que de alguna forma siempre estarás: caben demasiadas cosas en la inmensidad del mar. 

No obstante, estar y ser son verbos distintos y aunque sé que siempre estarás - una parte de ti es inevitablemente inherente a mí - sé que ya ni eres ni serás desde el preciso instante en el que intentaste incendiar mi mar.

Y sin creer en el cielo me salvé del infierno del amor roto: fue el único momento en el que agradecí estar rodeada de hielo.

Nunca me molestó tu frío, es cierto, pero tu incendio me hizo darme cuenta de que yo siempre he sido fuego y que tu río, aun sin querer, me apagó.