martes, 17 de marzo de 2015

De nada sirve lamentarte.

Entiendes que sentarte en un banco a observar a la gente pasar no hará que cambien las cosas. Que pararte bajo la lluvia esperando a que esta cese no hará que no llegues a casa mojada. Que la solución a tus problemas no cae del cielo, que la solución es aprender a caminar bajo la lluvia y no esperar a que cese la tormenta. Aprendes que no vale de nada lamentarse por tomar una decisión tarde, y que en esos casos, la intención no es lo que cuenta. Entiendes que hay trenes que solo pasan una vez en tu vida y no puedes meditar qué momento será el adecuado para montarte en él y observar, a través de una ventana, como la luna intenta alcanzarte corriendo tras de ti. Entiendes que si te quedas parado es la luna quien huye y tú quien intenta alcanzarla sin esfuerzo y sin éxito. Aprendes que la clave para triunfar y llegar lejos no es otra que tener clara la meta y andar aunque no te queden fuerzas. Entiende que sin sacrificio no hay recompensa y que el que algo quiere algo le cuesta. No te lamentes por llegar tarde, adelanta tu reloj los minutos necesarios y sigue adelante sin que nada ni nadie te cambie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario