jueves, 12 de marzo de 2015

Amigo.

Siempre fui en busca de una mano amiga que no me traicionara con mentiras. En busca de alguien que fuese capaz de hacerme crecer, de hacerme mejor, de sacar mi lado más oscuro y de ayudarme a esconderlo de nuevo. Siempre soñé que era una mano amiga la que me levantaba tras cada caída, y siempre era el mismo puñal bañado en mi sangre el encargado de devolverme a la vida. Siempre soñé con eso de tener amigos para siempre, amigos de esos que duran desde niños hasta viejos, de esos que duran y duran... Soñé cada noche que alguien me prometía estar siempre a mi lado, y a base de engaños entendí que no hay nadie capaz de cumplir una promesa de semejante calibre. Ahora sueño con ser libre, con tener alas y no depender del empujón de nadie para alzar el vuelo, de encontrar compañeros que hagan mi viaje más ameno y armonicen cada una de las noches en vela de este mi camino. Ahora busco compañeros del alma y de la calma porque bastantes enemigos tengo buscando mis huellas en el sendero del odio y la traición. Ven, camina conmigo, ni valen los miedos ni valen las prisas, y tampoco vale pasar por encima de nadie por no mirar por donde pisas. Tampoco se admite castigar con la suela de tu zapato a aquellos que te superan con esfuerzo y mucho trabajo ni admito a personajes altivos. Aquí el humilde se queda conmigo y también aquel que piensa que no hay peor desgracia que la traición de un amigo. Que venga conmigo aquel que tenga por principio ser leal a los suyos y caminar pisando fuerte, con la cabeza alta y espantando a los miedos. Que venga conmigo aquel que cumpla los siguientes lemas: "valentía como modo de vida", "vivir de pie antes que vivir de rodillas", "morir siendo valiente antes que vivir siendo cobarde". 
Si cumples todo esto, solo si lo cumples, entonces ven conmigo; pues serás digno de llamarte "amigo". 

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