martes, 31 de mayo de 2016

... se hace camino al andar."

No te hundas ahora que has llegado tan lejos. No decaigas ahora que estás a punto de cruzar la línea de meta. No desistas y sigue soñando, que cada vez queda menos para palpar la utopía. 

Mírate al espejo y vuelve a confiar en ti. Mírate de verdad, mira dentro de ti y, solo para coger fuerzas, echa un poco la vista atrás. Mira cuánto has avanzado, qué lejos has llegado y sobre todo, el mucho camino que te queda por recorrer y que quieres caminar.

Lucha, pero hazlo por ti, ya que nadie moverá nunca un dedo a tu favor, porque nadie más que tú se alegrará por todos tus éxitos; es más, incluso los hay que se alegran de todos y cada uno de tus fracasos. Cállales la boca, no por ellos, sino por ti; solo tú sabes lo mucho que t duele dar una guerra por perdida tras la primera herida.

Tú, que has soportado balas y hasta cañones; tú, que incluso has navegado con cientos de huracanes; tú, que has sido capaz de sacar lo mejor de todos y cada uno de los que te rodean, empieza a sacarlo de ti.

Confía en ti, eres mucho más grande de lo que te piensas y un simple tropiezo no va a pararte la vida. Tú puedes, con más o con menos esfuerzo; pero puedes.

Y que todos te digan lo contrario; sí, que te lo griten incluso, que te lo repitan a cada minuto, lo que ellos digan es lo de menos. 

No te creas nada ni a nadie que no seas tú. 

"Caminante no hay camino...

domingo, 29 de mayo de 2016

Algo tan pequeño.

Regálame algo tan pequeño como una sonrisa y llenarás algo tan grande como el vacío de mi pecho. Regálame algo tan pequeño como una mirada y surcaré tus mares sin miedo a naufragar. Regálame algo tan pequeño como una caricia y volaré sin alas al tiempo que se erizará mi piel. Regálame algo tan pequeño como un suspiro y que la brisa venga a mí a recordarme que aun me quieres.

Regálame algo tan pequeño como una palabra de aliento y lucharé en mil batallas sin ningún miramiento. Regálame una y otra vez ese momento en el que nuestras sonrisas se buscan y nuestras miradas conectan, alegrándonos los días y quien sabe, quizás incluso la vida. ¿Te he dicho alguna vez que me gusta la alegría con la que te tomas la rutina? Y es que, aunque se te haga cuesta arriba, siempre consigues darle la vuelta a la tortilla y volar, y saltar, y ser libre y soñar. 

Siempre sabes pintar mis lienzos con un solo gesto, y sé, porque me lo dices sin hablarme, que muchos días te he llenado de colores la paleta y has conseguido crear una obra de arte tan solo con tu risa. Porque me entiendes, porque las dos reímos incluso sin motivo, simplemente porque nos hace felices.

Nos vemos pronto, y nos veremos durante mucho tiempo; y seguiremos jugando a eso de no saber cómo llamarnos y reconocernos con tan solo mirarnos. Y es que me encanta pintar sonrisas en tu rostro, que tú las dibujes en el mío y que, cada día, hagas de la monotonía algo totalmente diferente. Y es que, pequeños gestos como los que regalas, son los que cambian la vida.

Gracias por llenarte y llenarme, por sonreír incluso aunque no te apetezca, por romper las reglas y simplemente vivir. 

Nos vemos pronto, muy muy pronto.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Tu metamorfosis.

Hay uniones que más que dar la vida, te la quitan. Hay uniones que debilitan más que fortalecen, y que siguen siendo uniones por todo lo que hubo pero no por lo que queda. Hay uniones que guardan secretos que nunca debieron serlo. Hay confianzas que se traicionan y sangra tanto el alma, que después no queda ni una gota de esperanza. Hay uniones que duelen incluso más que mil balas agujereando todo el amor y el cariño que un día nos tuvimos; y aun roto, nos seguimos teniendo.

¿Por qué dueles tanto ahora que había aprendido a ignorarte? ¿Por qué decides salir a flote ahora que ya te daba por perdida en las profundidades del mar? ¿Por qué remaste hasta mi isla cuando la única opción que te quedaba era naufragar? 

Siempre andaré buscando respuestas a las preguntas que me obligas a plantearme, siempre andaré estrujándome los sesos y buscando la lógica a las palabras que abandonaron la cordura mucho tiempo atrás. Sigo pensando que ningún esfuerzo será en vano para ganar tu juicio, encontrar tu norte y salvarte del sur envolvente. 

Siempre me preguntaré por qué esta guerra ha podido contigo, que salías airosa de todas y cada una de las batallas; con rasguños y heridas, pero nunca destrozada. Siempre me preguntaré qué le paso a esa fortaleza para, de un día a otro, desaparecer. Siempre buscaré culpables de tu metamorfosis, y siempre perseguiré a la mariposa en la que te debiste haber convertido pese a saber que jamás existirá. 

Ojalá no hubieses abandonado tu crisálida tan pronto, ojalá el mundo contase con una mariposa menos y una cuerda más. 

domingo, 15 de mayo de 2016

Llegarás.

Me gusta cuando haces de mis domingos, ese día que precede al lunes, el día perfecto para sonreír. Me gusta aun más cuando te animas a sonreír conmigo, y las dos nos reímos de esta vida que cada vez intenta ponernos más trabas. Y me gusta aun más cuando cogemos carrerilla, saltamos los obstáculos y, de paso, al precipicio que durante tanto tiempo nos intimidó. Me gusta que nos lancemos a la vida tan de frente, sin miedo a los golpes, rebosantes de ganas de vivir.

Me gusta que me mires con la complicidad que nos da habernos visto las heridas y habernos acariciado cada rincón de nuestros cuerpos desnudos. Me gusta que me mires incluso cuando el sol intenta cegarnos, incluso con los ojos entrecerrados, incluso cuando no hay luna y ni si quiera se distinguen las sombras. Me gusta que nos busquemos, y que no nos demos por vencidas si no nos encontramos hoy.

Me gusta compartir cervezas y bailes contigo, compartir canciones y conciertos hasta que no nos quede voz; pero me gusta incluso más que compartamos café, tarta y filosofía. Me encanta que, por un momento y a través de palabras, nos cambiemos los ojos y la piel y veamos, o al menos imaginemos, cómo se ve la vida desde fuera. Me encanta que discutamos sin levantar la voz, sin ocultar las sonrisas, sin dejar de disfrutar de la vida.

Me encanta que compartamos poesía, escribirte cientos y cientos de versos - o lo que quiera que sea - y que los recites cuando los colores del alba o del ocaso adquieren colores rojizos, rosados o anaranjados. Me encanta también cuando me los recitas a la luz de las velas en la intimidad que nos dan las cortinas cerradas. 

Me gustan los paseos de tu mano, las tonterías, las cosquillas con las que intentas matarme de risa y, por qué no decirlo, que intentes matarme a besos y morderme la vida, que espantes a la monotonía y que no te lleves bien con la rutina. 

Me gusta que nos busquemos sin querer, para que, cuando nos encontremos, le agradezcamos al destino lo que tanto tiempo llevamos haciendo tú y yo: buscarnos. 

martes, 10 de mayo de 2016

Tu nombre es poesía.

Pisaré charcos y aceras mojadas, dejaré que la lluvia me empape de recuerdos y bailaré con la tormenta el réquiem de mi alma. Escribiré versos y alguna que otra poesía, dejaré marchitar las rosas y correré sin ánimo de adelantar al tiempo para que así la muerte dé lugar al olvido.

Me dejaré morir, y me maldeciré por no haberme dejado querer cuando quisiste quererme. Supongo que al final ha dolido más el miedo que lo que pudo haber dolido abrirme a ti. Aunque esa es otra de las dudas que me llevaré a la tumba. Arriesgar o morir, ¿hace falta que te diga lo que he elegido?

Y es que no sé vivir con tu recuerdo haciendo de sombra, y menos aun disfrutar de la noche si mire a donde mire ahí está, camuflado en la oscuridad que dejó la luna que te llevaste. Y dime ahora cómo sueño sin tu sonrisa, y cómo vuelo sin tus ojos devorándome la vida.

Dime ahora qué me queda si tan solo me quedas tú, dime ahora qué me queda. Dime ahora que lo que me queda eres tú y que tu nombre, tu  nombre es poesía.

domingo, 8 de mayo de 2016

No necesito alas para volar.

Hoy vuelve a llover, que puta manía tiene el cielo con acompañarme cuando quiero estar sola. Supongo que hacía falta que lloviese, que me hacía falta mojarme y lanzarme de lleno a ti. Supongo que me hacía falta un poco de agua para limpiarme las heridas, aunque fuese agua sucia acumulada en el charco que ha soportado miles de pisadas. 

Echaba de menos caminar bajo la lluvia, aunque confieso que me habría encantado hacerlo contigo; y pasear también. He salido sin paraguas y sin capucha, he dejado que las gotas me empaparan la vida y he intentado, sin éxito alguno, olvidarme de ti.

¿De qué estás hecha, que ni si quiera la lluvia te borra? He intentado destrozar mis versos, pero ni la lluvia los difumina, supongo que será porque están hechos de ti. He intentado deshacer las nubes, pero están hechas de los sueños que compartí contigo y se niegan a irse sin ti.

Así que vete, o no. Quédate, pero para siempre, que las tormentas serán lloviznas contigo; y los relámpagos serán la luna sobre la que bailamos; y los truenos el rugido del cielo al comprobar lo mucho que nos queremos.

Hoy el cielo ha vuelto a teñirse de gris, he vuelto a caer en la cuenta de lo lejos que estoy de ti,he vuelto a añorar tus abrazos, tus silencios, tus besos, tus caricias y tu forma de comerte la vida a carcajadas. He vuelto a caer en el abismo del que creí haber salido, he vuelto a cortarme con las mismas rocas de siempre y he vuelto a prometerme no saltar ni aunque tú me lo pidas.

Hoy he vuelto a perder las alas y prometo no buscarlas nunca, pues no necesito alas si puedo sentir.  

lunes, 2 de mayo de 2016

Le gusta mi poesía.

Le gusta mi poesía pese a que siempre está rota, y le gusta cuando la recito y la voz se me apaga un poco más a medida que mis versos hacen eco en el vacío que hizo de mí, y le gusta incluso con la luz encendida, incluso cuando se le ven todas las heridas, incluso cuando la sangre brota por todas y cada una de las palabras que he dejado escritas.

Le gusta mi poesía aunque hable de lo mucho que me duele, aunque la tristeza se camufle con la belleza, aunque cada verso sea una pala más de tierra sobre mi tumba.

Le gusta mi poesía, y eso que a mí no me gusta escribirle. Le gusta y no sé por qué; quizá porque de todos los corazones que ha roto el mío es el que más versos le ha regalado, quizá porque le escribe el corazón que con más tacto ha quebrado.

Le gusta mi poesía incluso aunque no llega ni a ser sombra de la suya, incluso aunque llore y la tinta intente huir del papel, incluso aunque el tiempo adelgace las páginas y amargue el fondo de mis versos. 

Le gusta mi poesía incluso cuando no habla de ella.

domingo, 1 de mayo de 2016

Quédate.

Quédate con las miradas, las sonrisas y los besos; con los guiños, las caricias y los abrazos; y olvida los desplantes, los malos gestos y las caras largas, pues no aportan nada. Quédate con quien te quiera bien, ya sea poco, mucho o sin mesura; con quien te facilita la vida, con quien te plantea soluciones y no problemas, con quien se alegra de tus éxitos tanto que parecen propios.

Quédate con quien mira la vida desde el otro lado, con quien te ofrece diferentes perspectivas y con quien puedas discutir sin necesidad de levantar la voz y enfadarte. Quédate con quien comparta una cerveza, una carcajada e incluso improvise la música para poder bailar; con quien puedas compartir un café y tu visión del mundo, con quien la escuche y pretenda compartir la suya contigo. Quédate con quien te hable de poesía, de fantasía e incluso de utopías; quédate con quien comparta sus sueños contigo, con quien acepte los tuyos, con quien alimente el motor de tus sueños, siempre y cuando tú también alimentes el suyo, claro. Quédate con quien regale versos, besos, poemas y caricias; con quien regale madrugadas hechas no solo para la fiesta, con quien potencie tu verdadero yo. 

Quédate con quien te escuche, con quien te entienda, con quien te hiera con verdades, con quien te tienda una mano sin esconder un puñal en la otra, con quien te mire y te diga que estará ahí para toda la vida.

Supongo que por eso, y por más razones que aun no entiendo, me quedo contigo.