sábado, 28 de febrero de 2015

Miedo.

Miedo a perderte o a perderme en tu mirada. Miedo a que me digas que me vaya aun habiéndotelo pedido. Miedo a que no vuelvas, a que cumplas mi deseo de no volverte a ver. Miedo a que la nada a quien rezo decida cumplir todos mis deseos. No me escuches, no pido lo que digo. Habla mi miedo a tu cuerpo y a tus besos, a mis sueños con tus labios, miedo a no ser el motivo de tus sonrisas. Miedo a poder ver en tus ojos algo que no me guste. Miedo a perder. Perderte por miedo. Vivo de un recuerdo ya marchito, del eco permanente de tu voz entre mis dientes y del aroma de tu piel acariciando mi vientre. De un recuerdo vacío, roto, hecho añicos. De un recuerdo que multiplica las espinas y divide entre infinito la alegría. Vivo gracias a tus ojos esperanza y muero porque ya no te veo aparecer en mis sueños. Paseo por las calles de tu olvido para verte al doblar  esquina. Y es que no me hago a la idea de buscarte sin llamarte, o de tener que inventarte al no poder recordarte. No sabes cuánto duele este vacío ni cuánto quema este frío sin ti. Vuelve y recuerdame qué es eso de lo que todo el mundo habla pero que solo unos pocos conocen. Dime qué es eso que los vuelve a todos locos , que hace que rocen el cielo mientras viven en infierno. Dime qué es eso, amor, dímelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario