martes, 17 de febrero de 2015

Tú decides.

 No me hacen falta tus besos para saber que serán los mejores aunque no los pruebe. No necesito el calor de tus brazos para saber que son los adecuados para transformar el invierno de mi piel en verano. No necesito tenerte en frente para saber que son tus latidos los adecuados para sanar un corazón herido. Quiero desnudarte el alma, porque la piel te la desnuda cualquiera. Déjame demostrarte que no hay corazas que no aíslen de los sentimientos, y que las barreras hacen prisioneros a tus miedos. Tú decides quién te hiere y quién no, pero encerrarte en hielo te hará morir congelada. No todo el mundo busca destrozar almas y alimentarse con dolor ajeno, los hay que succionan miedos y cierran heridas. Los hay que disfrutan matando a sonrisas y los que sanan y secan lágrimas. Hay huracanes que destrozan todo a su paso y suaves brisas que recomponen cada uno de los pedazos. Los hay que te conducen al infierno y aquellos que intentan guiarte para que alcances el cielo. Tú decides de quién rodearte y en quién confiar, tú decides el camino y la manera, tú y solo tú guías tu vida. Tú decides si sembrar rosas o clavarte sus espinas. Tú decides si un tenebroso bosque con fantasmas de miedo o un hermoso valle que te conduzca al cielo. Y lo más importante, tú decides de quien rodearte. Tú decides a quién dedicarle sonrisas y a quién permitirle estrecharte en su pecho en busca de consuelo. Tú tienes las riendas de tu vida, no permitas que una piedra tuerza tu destino ni que una espina ponga en tu boca un "no puedo". Valórate, quiérete y siéntete grande y no permitas que nadie crea que tiene derecho a aplastarte.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario