martes, 10 de febrero de 2015

Ahora.

Dicen que aun te nombro cuando sueño, que aun te busco entre vagos recuerdos, y que sigo rogándole a la nada que me devuelva tus  besos. Sigo perdiendo el tiempo buscándote entre las sombras de la noche como aquel que espera ver la sal en las olas del mar. Dicen que tu sonrisa es ahora cuando más deslumbra, que tu mirada es ahora cuando más brilla y que toda esa luz dejó apagada mi vida. Y es que no te contentaste solo con partirme el pecho, sino que también tuviste que partirme el alma. Teníamos un jardín de hermosas rosas que quedaron marchitas de tanto regarlas con tristeza y abonarlas con soledad. Dicen que tenía sueños y que solía luchar por ellos, pero ya no lo recuerdo. También dicen que hubo un tiempo en el que sonreía y mi mirada brillaba, pero tampoco lo recuerdo. Tan solo recuerdo tu nombre al llevarlo clavado en cada una de tus espinas. Ya no quedan margaritas desvestidas, ni luz ni sueños que intenten devolverme a la vida. Ya no queda nada de aquella inocente niña que sentía mariposas revoloteando en su tripa. Ahora soy yo la que revolotea por camas ajenas y reparte mariposas, soy yo quien intenta desprenderse de tu esencia y alzar el vuelo lejos de ti. Ahora busco mariposas con las que repartir cosquillas y reparto sonrisas a pesar de lo negro que amanezca el día. Ahora soy otra. Ya no pierdo el tiempo reconstruyendo tus recuerdos ni bailando tu canción favorita, y tampoco cuido de un jardín de rosas marchitas. Ya no dejo versos a medias ni sueño con besos. Dejé de desvestir margaritas y empecé a vestirme de alegría. Ahora soy yo, sin coraza ni hielo, sin nada que me impida alzar el vuelo. Ahora soy libre y despego hacia nuevos horizontes. Ahora tengo nuevas metas que alcanzar y nuevos sueños que cumplir. Ahora me lanzo a la vida, pero esta vez, sin ti. 

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