domingo, 26 de julio de 2015

Venganza de corazones.

No se me olvidará nunca esa voz tuya, tan rota y desgastada como lo estaban tus promesas. No me olvidaré nunca de la delgadez de tus labios y la finura de la curva que dibujaba tu sonrisa. Y tampoco olvidaré tu risa a carcajadas ni tu manía por regalarme un beso cada vez que me enfadaba. Recordaré hasta el fin de mis días tu peculiar manera de caminar, y recordaré hasta el último aliento de mis memorias esas noches en las que tu cuerpo me invitaba a bailar.
Jamás he tenido tan cerca unos labios y he sido incapaz de besarlos. Jamás me he perdido en la infinidad de unos ojos y he creído haber dejado de mirarlos. Jamas he suspirado con el roce de unas manos. Jamás desde que desapareciste de mi vida.
Mentiría si dijera que no quiero que vuelvas, que ya he olvidado todas esas falsas promesas y que ya no quiero los abrazos que juramos darnos y que nunca nos dimos. Miento al decir que no quiero volver a oír tu rota voz, a ver tu sonrisa que tanto me embelesaba, ni a sentir que se me erice la piel cuando la rozan tus manos.
Tengo algodón entre los dedos y en las uñas de tanto arañar los cielos para entregarte en pedacitos cada uno de mis sueños.
Vuelve, porque ya no te quiero, porque quiero que el pasado llame a mi puerta jurando ser mejor que siempre y darle con la madera en las narices. Quiero que tu voz me alcance y me haga ver lo lejos que estaba y lo cerca que estoy de mis metas. Quiero que tu sonrisa vuelva y no se encuentre la mía de vuelta, que ya no tenga poder sobre mí tu risa.
Venganza, eso quiero. La venganza por haberte dado el cielo y que me llevases derecha al infierno. Venganza de un corazón que entregó todo hasta quedarse vacío, venganza de un corazón que esperando ser amado fue mortalmente herido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario