viernes, 8 de mayo de 2015

Tiempo y miradas.

Piden palabras, regalos, caricias, abrazos, sonrisas, halagos, ramos de rosas, obsequios que sean capaces de ocultar las mentiras, los engaños y las faltas de respeto e incluso ocultar que las traten como objetos. Piden príncipes azules, que les lluevan las cosas del cielo, hablan de quererse pero no saben qué significa hacerlo, y hablan también de conocerse y amarse hasta en los días que más se odian pero nunca se han enfrentado al reto que supone ponerse a ello. Piden una mano que las levante tras cada caída sin apenas tener intención de levantarse. Creen quererse, amarse, confiar en ellas, ser seguras, saber qué quieren y qué merecen, creen conocer hasta el rincón más oscuro de su alma pero nunca han intentado hacerlo. Compiten por demostrar quien las quiere más sin ni si quiera quererse, compiten por tener un cuerpo diez o una cara bonita teniendo un alma oscura y hecha trizas. Compiten y comparten por aparentar olvidándose así de disfrutar. Viven presionadas por la sociedad y parece que les da igual. Indignante, digo yo. Por eso pido letras y palabras, versos y textos, que hablen de sentimientos, de esos que se escriben desde dentro. Pido muestras pero también ofrezco, pido sonrisas pero también las regalo. Pido confianza porque la tengo, seguridad porque soy segura. Pido miradas porque puedo y quiero darlas, porque hablan un idioma al que nada iguala. Porque tienen magia, porque resuelven dudas, porque me gustan. Siempre hace ilusión un detalle, pero prefiero antes una visita o que me den la mano por la calle, que no se avergüencen, que no me dediquen palabras vacías. Prefiero una mirada porque nunca mienten, porque cuando aman a alguien brillan, penetran y se encargan de reducir el mundo a aquellos que se miran. Y pido tiempo, no tengo prisa, sé que una mirada no se regala, que es algo que muchas veces cuesta, que no es nada fácil dejar que te vean el alma. Sé que una mirada significa mostrar cada rotura de tu alma, enseñar que, como todo ser humano, también tienes tus debilidades; pero también significa confiar, estar dispuesto a que te rompan esperando que no lo hagan. Lleva tiempo mostrar a alguien aquello que te ha dolido, y seguramente aun te duela, abriéndole las puertas de tu alma con la posibilidad de que lo rompa todo. No tengo prisa, solo quiero una mirada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario