miércoles, 27 de mayo de 2015

Historia inacabada.

Había esperado tanto tiempo ese momento, había soñado tantas veces la llegada de ese día... Y ahora que sé que no habrá día, me siento vacía. Sí, la culpa es mía por centrarme en vivir de sueños y no de realidades, por ser tan rematadamente surrealista que llego a olvidarme de que vivo en el mundo real, en ese mundo donde los golpes duelen. He deseado tantas veces volver a cruzarme con tus ojos oliva y acabar con esta duda que ahora que los planes cambian me siento perdida. La culpa sigue siendo mía, por seguir viviendo de ilusiones y no día a día, por empeñarme en vivir con la cabeza en las nubes y sin los pies en la tierra. Pensé que si habías vuelto era porque las historias no deben quedarse nunca a medias, y ahora seriamente lo dudo. Dudo si tuvo sentido pensar que volvería a verte, incluso confundo si eres realidad o solo un producto de mi mente. Al final acabas siendo una voz, unas letras, una foto, pero a veces cuesta diferenciar virtual de realidad. No voy a mentirte, me hace ilusión cada mensaje tuyo, sonrío cuando por un motivo o por otro acabo escuchando tu voz y más si es oyéndote cantar. Mentiría si dijera que te odio, que quiero que te marches, que no eres parte de mi vida. Y a veces se me olvida que fuiste tú quien hizo posible continuar con todo esta historia incompleta que sigue por acabar, se me olvida que fuiste tú quien me buscaste cuando yo lo único que hice fue intentar borrarte. Y digo intentar, porque si ahora escribo esto es porque no lo conseguí. Pero es que ahora tampoco quiero. Sí, sería el camino más fácil, ese camino llano, con buenas vistas, tranquilo, sin obstáculos y con paisajes realmente placenteros. Pero ya sabes niña, nunca me han gustado las cosas sencillas, pienso que el camino fácil siempre es el más cobarde y, si hay algo que odio por encima de todas las cosas es ser cobarde. Que no sé si es un capítulo a medias, una historia inacabada, o somos las ideas que aun no han sido plasmadas. Quizá el final de la historia sea resolver la duda. Esa duda que se aclara cada vez que espero un absurdo mensaje tuyo. Esa duda que cada vez es menos duda.

PD: adoro escribirte y llamarte "escritura". 

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