miércoles, 13 de mayo de 2015

En estado de shock.

¿Por qué nos empeñamos siempre en negar lo evidente? ¿Por qué confundimos valentía con ser fríos? ¿Por qué negamos que el borde sufre, ama, llora y siente desde su alma? ¿Por qué tratamos de ocultar sonrisas que son sinceras? ¿Por qué hacemos del granito de arena una montaña? ¿Por qué hacemos complejo lo sencillo? Expulsaré ahora todas las lágrimas necesarias, porque mi alma es ese vaso al que una gota le falta para ser colmado. Y que en cada lágrima vayan escritas las letras a las que tantas veces les he negado la tinta, así sea "te quiero", "te odio", "te echaré de menos" o "quiero perderte de vista"; pero es que no tengo más ganas de seguir guardando sentimientos, de seguir llamándome valiente sin serlo. Me he cansado de tratar de ocultar sonrisas sinceras y sonreír, aunque falsamente, a aquello que no lo merece. Me he hartado de tragar lágrimas, aunque muchas de ellas hayan sido para sacar adelante a quien lo necesitase; y siempre me pasa que, si en el momento no lloro, luego no lo hago, y al final el vaso desborda. Lo que nunca haré será decirte que te quiero, que eres a quien más voy a añorar, que no sé si será mejor o peor pero no será lo mismo sin ti. Y no te lo diré porque te he dicho muchas veces que te odio, que sin ti estaré mejor, que nunca te echaré de menos, y tú bien sabes que no hablaba en serio. Tampoco te diré que tengo tus abrazos enmarcados y guardados en el cajón de los recuerdos, ese que te acompaña hasta que la memoria quiera, ese que de vez en cuando desempolvas y te transporta a aquel momento. Nunca te lo diré con palabras porque me he cansado de decírtelo con pequeños gestos; así soy yo, siempre me avergonzó reconocer que soy la primera que siente y padece, porque en mí resulta algo sorprendente, por eso nunca lo verbalizo. No puedo explicarlo de otra manera, porque hasta yo estoy sorprendida de tanto en tan poco tiempo, pero tú lo entiendes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario