lunes, 18 de mayo de 2015

Dirección olvido.

Te espero entre el silencio de mi noche, entre las sombras de la más remota oscuridad. Te espero al otro lado de la vida, donde ya nadie camina, allí donde esperan aquellos que perdieron la alegría. Te espero mientras camino tratando de alejarme hacia el olvido, hacia aquel lugar que nunca nadie sabrá donde está, hacia aquel lugar del que nunca se podrá regresar. Te espero hasta que te decidas, hasta que saltes al vacío sin que nada te lo impida, hasta que tu ausencia me acabe quitando la vida. Te espero sin detenerme y sin mirar atrás, caminando despacio por si decides acelerar, por si intentas alcanzarme que te de tiempo a llegar. Te espero también en los sueños, allí donde el obstáculo más grande se hace pequeño. Te espero sin frenar, sin detenerme ni un segundo a echar la vista a atrás, con la esperanza de que decidas esprintar. Te espero hasta que mis fuerzas se agoten, hasta que ya no pueda salir a flote, te espero diciéndome "ojalá no me equivoque". Te espero, me siento y descanso, te doy la oportunidad de recortar distancias y de inundar el aire con tu fragancia. Te espero sin prisa pero con pausa, sin alegría pero con esperanza. Te espero incluso con desgana, porque no llegas, porque dejaste vacía mi alma y ahora ya no sé cómo llenarla. Te espero desde el odio que me hace querer alejarme, pero también desde las ganas que me hacen querer acercarme. Te espero con rencor y con amor, con sueños y deseos. Te espero como aquel que espera al avión demorado, o el concierto de su artista favorito, o el estreno de una obra de teatro. Te espero con nervios, enfado, ganas, esperanza, ilusión, pesadillas, dolor, pasión, amor, odio y rencor. Te espero porque abandonar nunca fue lo mío, te espero porque no te decides, porque quiero acabar con la duda, porque quiero mirarte a los ojos y descubrir si el alma me desnudas. Te espero caminando sin camino dirección hacia el olvido.

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