jueves, 23 de abril de 2015

El lado positivo.

Hoy vengo a escribir lo que tanto me apetece leer. Hoy vengo a buscar refugio en las letras, como tantas otras veces he hecho, y como tantas otras veces he encontrado. Hoy vengo a buscar ese consuelo que muchas veces pierdo. Hoy vengo a entenderme, a conocerme un poco más, y a crear eso que tanto me apetece leer. Hoy vengo a crear algo con lo que tú, que me lees ahora, puedas expresar lo que sientes o sentirte identificado. Hoy vengo a intentar rescatar lo positivo de un día de esos en los que cuesta ver el blanco entre tanto negro. Hoy vengo a convencerme de que siempre hay algo bueno, siempre hay algo por lo que levantar la cabeza y no darse por vencido, algo como enmendar tus errores o callarle la boca a aquellos que trataron de hundirte, a aquellos que se dedicaron a mostrarse abiertamente en contra de ti y de tus propósitos llegando incluso a herir. Hoy vengo a decirte que el problema no es el error en sí, sino no hacer nada por mejorarlo, no hacer nada por levantarte y arreglar lo que has hecho, no hacer nada por superarte, por demostrarte que poco a poco y con esfuerzo puedes llegar lejos. Hoy también vengo a animaros a seguir con lo que os guste, a no bloquearos por un error, a saber seguir con la cabeza alta aunque mil toneladas te la intenten hundir. Porque hay que sacar fuerzas hasta de debajo de las piedras, porque lo negativo ya viene solo, no hace falta atraerlo de más. Recuperarse de cada fallo, de cada caída, de cada fracaso; eso, es saber cuál es el camino del éxito. Hoy vengo a darme cuenta de que poco a poco cumplo mi sueño de llegar a la gente, de hacer eso que tanto me gustaba desde pequeña: escribir, inventar o contar lo que me pasa. Poco a poco he ido consiguiendo hacer de algo que era una afición como otra cualquiera, ahora sea algo que me llene y sea capaz de servirme de confidente, y ya no solo a mí, si no a vosotros que me leéis también. No te rindas amigo, siempre hay un lado positivo. 

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