sábado, 11 de abril de 2015

Dos miradas.

Entre música, tacones, bailes y maquillaje dos miradas. Dos miradas que se encontraron de casualidad y conectaron. Dos miradas que se desnudaban el alma, que se deseaban, que se inquietaban, que se hacían sentir grandes y pequeñas a la vez, que se encargaban de reducir el mundo a sus respectivas pupilas. Dos miradas verde oliva, aunque entre tanto láser y luz intermitente era difícil averiguar. Dos miradas buscándose a cada segundo, añorándose mientras no se viesen, dos miradas penetrándose mutuamente. Dos miradas que inquietaban a cualquiera que las observara, dos miradas que se conocían de mucho aunque no les unía nada. Dos miradas que se hablaban mientras intentaban seguir el ritmo de la música. Dos miradas que no eran extrañas, que no era la primera vez que se miraban. Dos miradas, ni una palabra.

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