martes, 8 de mayo de 2018

"Libre"

Aun le quedan páginas en blanco al cuaderno de nuestra historia, pero mi magia está cansada de tus trucos y ya no quiere hacerte reír. Podría incluso dejar de ser magia porque, por no tener, no tiene ni ilusión: la excarcelación de tus monstruos revivió a los míos y ahora, cuando cae la noche, duermo inmersa en miedo. En tu miedo. 

Tus fantasmas son tuyos, quieren tus flores. Sin embargo, creíste oportuno matar mi jardín por intentar salvar el tuyo, y ahora vivo en desierto. 

No hay nada que acompañe mi pena salvo "La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida". Y es triste reconocerme entre sus trozos, pero más triste aun saber que tú, dueña de este desastre, ni si quiera lo harás. 

No pienso derramar una lágrima más por ti, y poco a poco dejaré de dormir con la suma de nuestras tristezas; pues ni si quiera en mis pesadillas mi daño es mío. 

Habré originado mil temporales y ni tan sólo uno que te haya hecho pedazos. No hace falta que me lo pidas: sé cómo cuidar de mi playa y de mi mar; intenté enseñarte, pero para ti fue mucho más cómodo llenarme de cristales y que yo sola limpiara todo el desastre. 

Se acabó: no voy a deshacer lo andado, no voy a mimetizar el daño, ni tampoco mirar hacia atrás y mucho menos con pena. Porque mi playa me abraza sin clavarme tus cristales y no pienso ser barrera de tus propios huracanes. 

"Quería que supieras
que mi daño es algo que sólo elijo yo
[...]
Que sólo aquel que entienda mi silencio
merece mi palabra,
[...]
Que mi risa fue tu risa
y nuestras lágrimas fueron una,
pero dejaron de hablar el mismo idioma
cuando tus carcajadas fueron balas contra mi pena,
cuando tu tristeza
arremetió ahogada contra mi alegría.
[...]
Que nunca me perdiste:
dejaste que me marchara,
que es la peor forma que existe de abandono
- para el que se queda -.
Y este será tu mayor castigo.
[...]"

-Elvira Sastre-

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