miércoles, 9 de mayo de 2018

Ave Fénix

Vienes buscando respuestas a preguntas que siempre te respondí. Vienes haciendo preguntas y pidiendo respuestas, cuando tú ni si quiera tuviste en cuenta mis dudas. Vienes sin ver un error que fue obra tuya y pretendiendo que el resto restaure su estructura, dañada por tu último golpe.

Te crees en el derecho de pedirme que me quiera, porque te enseñé bien a hacerlo, y ni si quiera te molestaste en quererme y en quererte bien. ¿A qué juegas? ¿Qué buscas? ¿Qué quieres? ¿Quién eres?

Te recuerdo que yo no apreté el gatillo, no inicié el incendio. Puede que me den miedo tus llamas, que lo que antes era cielo ahora sea lo más parecido al infierno, pero no voy a morirme de sed por arreglar tus destrozos. La solución al incendio es luchar contra él, no darle la espalda al humo y huir del calor.

Nuestras hectáreas se consumen, y yo ya no sé si odiarte es sinónimo de dejarte de querer: mis sentimientos se mueren y sólo les queda el silencio.

Mi conciencia está tranquila, sé que renaceré cuando sólo queden cenizas.

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