lunes, 22 de junio de 2015

Sin ti estoy mejor.

Algún día te leeré todas esas cartas que ni si quiera desdoblaste. Algún día te demostraré que mientras ibas de flor en flor buscando a quien te amara el alma, el amor se había dejado las manos llamando a tu puerta. Y no le abriste, quizá porque estabas demasiado ocupada buscando un aguijón que se alimentase del néctar de tu flor, o quizá porque no te gustaba el envoltorio de ese caramelo. Algún día sabrás lo que duele esperar o lo que mata ser invisible ante una mirada, y entonces me entenderás. Entenderás a qué se debía el brillo de mi mirada o la sonrisa casi instantánea que cubría mi rostro cuando decidías aparecer. Algún día entenderás que no tenía más sueños que cumplir que el de amarte, hacerte feliz, secar tus lágrimas y permitirte disfrutar de la vida. Que nada era un suplicio si se trataba de ti. Que te hubiese bajado la Luna cada noche, y hubiese recolectado estrellas para que adornaran la noche de tu habitación. Que hubiese robado las llaves del cielo, o el fuego a los Dioses del Olimpo con tal de verte sonreír. Algún día te darás cuenta de que tenías en tu cara aquello que tanto buscabas, y entonces será tarde. El tren habrá partido, yo ya me habré ido y el polvo y las polillas constituirán tu única compañía. Que ya no me hiela el invierno sin ti, ni me abrasa el verano sin la frescura de tu brisa. Que ya he aprendido a vivir sin ti, y créeme si te digo que nunca había estado mejor. Esperarte solo fue perder el tiempo, tener tus besos al cerrar los ojos malgastar sueños, y querer pasar un futuro a tu lado tirar a la basura el presente. Escribirte gastar tinta y papel a lo tonto, enviar versos y estrofas a una muerte segura, enterrar poemas en un sobre y matar sentimientos dispuestos a revivir con una simple ojeada. Mirarte era enseñarte mi alma y que no supieras apreciarla, despojarme de mi coraza y que la usaras para colmar mi alma de cicatrices. Pero tus heridas ya han cerrado y tu huella se ha difuminado, que la marea se ha comido nuestros nombres y al fin puedo pasear sin pretender saber dónde te escondes. Por fin he quemado tus páginas y esparcido tus cenizas, por fin no queda libro, por fin quedan tus memorias hechas trizas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario