lunes, 12 de octubre de 2015

Fui alguien.

Llevo tres largos días intentando escribirte. Llevo tres largos días pensándote a cada rato, recordando cómo era eso de pasear de tu mano, intentando hacerme a la idea de que ya no son mis huellas las que se dibujan al lado de tus pasos. Llevo tres largos días viendo tu sonrisa cada vez que cierro los ojos, deseando empezar de cero y darte un beso por cada segundo que te echase de menos. Llevo tres largos días de morros porque, ahora que no estás, las musas se niegan a visitarme.

Dime, ¿vas a volver algún día? Sabes que no soporto más esta rutina, que no sé caminar sin ti en mi vida, que me siento perdida, que hace días que ya no me visita la alegría. Eres cruel por no estar conmigo cuando más te necesito. Soy egoísta por querer que estés conmigo cuando sólo sé hacerte daño. Me supera esta situación, esto de sentirme culpable por haberte perdido, esto de seguir sin encontrarle el sentido a la vida, de sentirme cada día que pasa un poco más perdida.

¿Vas a perdonarme? Imagino que no, pues ni si quiera yo puedo hacerlo. Me estás volviendo loca. Desde que te encontré ya no me encuentro, te siento lejos cuando estoy a centímetros de tu cuerpo y un escalofrío se abre paso por mi espalda cada vez que nuestras manos se rozan. Me encanta ver esa sonrisa, saber que aunque ahora no soy nadie, alguna vez fui alguien para ti.

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