miércoles, 21 de octubre de 2015

Y que el mañana venga si se atreve.

Hoy me he despertado con resaca después de haberme pasado la noche borracha de ti. Hoy me he despertado con sabor a ti, con ganas de ti, con imágenes de ti en forma de sueños, con tu voz sonando de fondo, con tu sonrisa dibujando la mía. Hoy me he levantado feliz; y no, no me ha sonreído la vida, me has sonreído tú. Y con tu sonrisa, las mariposas decidieron hacerme cosquillas. ¿Cómo no iba a sonreír así?

Me da igual si mañana tienes que secarme las lágrimas o tengo que ser yo la que te sonría, me da igual si mañana desapareces y sólo me dejas un recuerdo, me da igual si mañana decides empujarme y tirarme al precipicio; me da igual el mañana si hoy cuento con tu risa. Me da igual si mañana se acaba el aire y mis latidos se agotan, hoy siento que tengo vidas para todos los gatos de este puto planeta.

Y que llueva, que nieve, o lo que le dé la gana al tiempo; que me da igual si contigo me azota el viento. Me importa más bien poco si, por disfrutar de tu compañía, tine que calarme los huesos cada gota de esta lluvia fría. Me importa menos si tu reloj no para el tiempo, si las manecillas recorren cada vez más rápido su esfera, si la vida se me escapa entre los dedos por soñarte. Me importa lo que viene siendo nada si mañana no puedo levantarme de la cama, pero hoy seré feliz acariciando tu cara.

Y que se acabe el mundo si se atreve, que me da igual mientras pueda mirarte.

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