sábado, 24 de octubre de 2015

Y me pregunto.

Tu voz hoy suena, un poco  más lejos del ayer y un poco más cerca del mañana. Tu voz hoy suena, un poco más lejos de mí, un poco más cerca de mis sueños. Tu voz hoy suena, un poco más lejos de mis labios, un poco más cerca de quien no soy yo. Tu voz hoy suena, un poco más lejos de mi vida, un poco más cerca de mi pesadilla.

Tus ojos se alejan, no puedo verlos, ya no puedo apreciarlos ni en sueños, ya no me das esa magia que embriaga mis recuerdos, ya no hay perfume que pueda emborracharme. Se acabaron los sueños, la magia y los besos que tanto te guardé. Se acabó, o se estancó; aún no sé cuál es la diferencia.

Confieso que te echo de menos. Es horrible verte sonreír sin poder escuchar tu risa, esa melodía, esa oda a la alegría que salía desde lo más profundo de tu alma. Es horrible ver el brillo de tus ojos y no poder disfrutar de la felicidad que emanas desde lo más profundo de tu ser. Se acabó, ya no hay nada.

Me pregunto: ¿alguna vez hubo algo?

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