lunes, 28 de septiembre de 2015

Algún día.

Supongo que algún día tendré que empezar a olvidarte, que alguna vez seré yo la que tenga que marcharse y que en algún momento de esta vida no me hará falta tu risa. Supongo que una mañana me levantaré y sentiré que puedo tocar el cielo sin ti, que algún día despertaré sin trozos de sueños entre los dedos y que alguna noche dejaré de sentir la necesidad de hablarle a la luna de ti. Supongo que algún día, así sin más, dejarás de condicionar mi vida. 


Todavía sigue sin llegar ese día, quizá es que me he cansado de esperarlo y he echado a andar buscando tu recuerdo. Idiota, pero idiota por ti. Idiota por buscar tu mirada cuando sé que no la voy a encontrar, por pretender ser la causante de tu risa cuando ni si quiera puedo imaginármela, por intentar que entre tus versos ocultes un beso para mí. Idiota por intentar que me quieras.

La verdad es que aún no he aprendido a olvidarte, seguramente porque sigo sin querer hacerlo, porque sigo luchando por un sueño que hace meses no tengo, porque sigo viendo fantasmas donde sólo hay aire. Lo siento, nunca me he planteado desaparecer de tu vida y hacer como si nunca se hubiesen cruzado nuestros caminos, como si nunca nuestras huellas hubiesen formado parte de un mismo destino. 


¿Me echas un cable? Me he olvidado de cómo olvidar y ahora sí que no puedo borrarte. Recuérdame, ayúdame a borrarte y bórrame de nuevo; te prometo que es la última vez que te envío besos en forma de versos, que lleno cada centímetro de luna con mensajes para ti, que describo tu mirada como estrellas del firmamento. 

Te prometo que, algún día, romperé el último de mis sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario