sábado, 15 de agosto de 2015

¡Eres una máquina!

Sí, tú, el que está leyendo esto: eres una máquina, un crack, una persona imparable capaz de conseguir todo lo que se proponga.
¿Sabes? Llegarás tan lejos como te lo propongas, volarás tan alto como rápido agites tus alas. Si tienes un sueño ve y persíguelo, porque si no echas a andar jamás podrás cruzar tus metas. 

Levántante y mira a la muerte a los ojos, dile que no le temes y verás como le ganarás la batalla. Que no es más fuerte quien más músculos tiene, sino aquel que sabe levantarse tras haberse roto el alma en mil pedazos. No te rindas, sigue luchando por aquello que quieres y deseas. Te caerás mil veces y te levantarás mil y una, llorarás hasta quedarte en silencio y gritarás tan sordamente que hasta los sordos te oirán. Te sentirás perdido en medio de la soledad y la oscuridad que te proporcionará la noche en mitad del bosque, pero si esperas un poco, si eres paciente y vences a tus miedos, tendrás de nuevo la compañía de las estrellas y a la luna como guía.

No te rindas nunca. Nadie puede cuestionar cuán fuerte eres, nadie excepto tú. Aprieta los dientes, mírate a los ojos a través de un espejo y di en voz alta qué ves. Un alma que nunca se rinde, que nunca se achanta, que siempre sigue con la cabeza bien alta. 

Vuela, sé libre, a pleno pulmón grita: ¡LIBERTAD! 

Levántate, sacúdete el polvo del pantalón y coloca bien tu camisa. Da la espalda al pasado, afronta el futuro con una sonrisa, despliega las alas y vuela. Sé pájaro, avión, cometa. Sé lo que quieras, pero sé libre.

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