jueves, 19 de noviembre de 2015

El texto "perfecto".

Tendemos a enmascararlo todo, a mostrar lo mejor de nosotros y a maquillar la realidad que, pese a no ser tan mala, tampoco es tan buena. Tendemos hacia la perfección como esa equis que tiende a infinito, intentando alcanzar valores que solo tienen cabida dentro de un diccionario. Y así nos pasa, tendemos hacia la consecución de algo intangible, de algo que sabemos que nunca podremos alcanzar y por eso mismo lo perseguimos. Estupidez humana lo llaman algunos, yo me quedo con que estamos cavando nuestra propia tumba.

¿Para qué queremos piedras o tropiezos en el camino? ¿Para qué queremos muros o baches que desvíen nuestro destino? ¿Para qué nos empeñamos en no salir de un sendero que conduce hasta lo "perfecto".  Hazte un favor a ti mismo y borra esa absurda idea de la cabeza. Únicamente es una idea, no es real. Tú eres perfecta con tus curvas, sin ellas, con tus kilos de más o sin ellos, con más pelo, con menos; tú eres "perfecta" siempre y cuando no te olvides de ser tú. Lo mismo te digo a ti, chico.

Basta ya de juzgar al prójimo, de etiquetar absolutamente todo lo que nos rodea, de intentar alcanzar el infinito, de intentar alcanzar ideas que jamás serán realidades, porque nos convertiremos en ideas de seres pensantes, en almas imperecederas que nunca dejarán de sufrir por haber decidido morir en busca de ideales que jamás de los jamases llegarán a existir.

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